Duermevela
“Tú eres mi paz” – me decías, rodeando con tu brazo mi torso desnudo…
“Tu me das paz” – repetías, y descansabas tu sien
sobre mi hombro…
En los tonos azules que viste la noche, yo guardaba con celo
tus fantasmas y tus miedos…
Y donde los oscuros sueños agitaban tu reposo yo espantaba con
susurros tus quejidos, y con caricias tus lamentos.
Así pasaba mis noches en vela, montando guardia en esa
frágil frontera,
Adormeciendo tormentos con mi arrullo...
Acunando sueños entre mis pechos.
Ahora me pregunto, ¿Cómo pude arrancar de tus manos la blanca bandera?
La misma que en las noches inquietas ondeaba altiva en nuestro lecho.
Deja que hinque mi rodilla y ruede mi cabeza...
Y que mis sábanas y mi almohada me acompañen en mi destierro...
Pues no hay perdón para este perro,
ni descanso, ni tregua, ni acuno, ni sueño.
Ni nanas que arropen mis sollozos,
Ni cantos suaves que alivien mis desvelos...
Ni paz...
Ni consuelo.
Comentarios
Publicar un comentario