La libreta

Corrió al cajón de la cocina donde solían guardar aquella vieja libreta cargada de notas. Pasaba las páginas rapidamente, con violencia. Recorría con los ojos el viejo bloc, exaltado, maldecia no encontrar lo que buscaba. Empezó otra vez por el principio, más pausado pero con los mismos nervios ¡no podía creer que no estuviera ahí! Juraría que lo apuntó... Recordaba un doble trazo debajo de las palabras, subrayando lo que quería decir y ahora no aparecía, ni el trazo, ni las letras, ni las palabras... nada!
Levantó la cabeza y cerró los ojos fuertemente para concentrarse, necesitaba pensar con claridad pero le era imposible, apenas tenia tiempo. Frustrado, golpeó la encimera de la cocina con fuerza y maldijo en voz alta.
Dándose una última oportunidad repasó encanalladamente cada hoja, ¡no estaba!, ¡ni rastro!
Enrabietado, lanzó la libreta con fuerza, la cual, fue a golpear contra la puerta del frigorífico entre los imanes que lo decoraban, uno de los cuales cayó al frio y duro suelo reventándose en decenas de pequeños trozos de diferente tamaño.
Mientras fijaba la vista en el suelo recomponiéndolos, intentando reconocer las piezas de cerámica que lo formaban y que ahora se esparcían ante sus pies, un pósit burlón vino a caer entre los escombros del viejo imán...
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